viernes, 8 de abril de 2016

Dear Abby, a la que escribe el "ciclista consternado", es columna que da consejos y responde todo tipo de inquietudes de sus lectores, tiene 110 millones de lectores en el mundo. Esta es la carta:  

Querida Abby, nunca le he escrito antes, pero realmente necesito su consejo. Sospecho desde hace tiempo que mi esposa me engaña. Veo las señales habituales: suena el teléfono, contesto y la persona que llama cuelga sin decir nada.

Últimamente ella ha estado saliendo mucho con ‘las amigas’, y aunque cuando le pregunto por sus nombres siempre me dice: “sólo son unas compañeras del trabajo, que no conoces.”
Trato de mantenerme despierto para ver cuando llega a casa, pero siempre estoy dormido cuando regresa. Y mi madre dice que es porque no quiero saber la verdad.

Anoche volvió a salir y me decidí a comprobar la verdad. Alrededor de la medianoche, decidí ir al garaje para esconderme detrás de mis bicicletas de carretera y de montaña con el fin de poder obtener una buena vista de la calle. Cuando llegó a casa después de su salida nocturna con ‘las amigas’, salió del carro abrochándose la blusa que estaba medio abierta. Luego sacó la ropa interior de su bolso y se la puso en la oscuridad.

Y fue en ese preciso momento querida Abby cuando, agazapado detrás de mi bicicleta, me di cuenta de una ligera fisura en el tubo diagonal del cuadro de la bici de ruta.
¿Es esto algo que pueda arreglar por mí mismo o debería acudir a la tienda de bicicletas?

Atentamente; un ciclista consternado.